miércoles, 17 de junio de 2009

azúcar

El otro día pensaba que si todos tuviésemos la posibilidad de hacer lo que se nos diera la gana, muy poca gente estudiaría.
Si a uno le pagaran bien por jugar con perros, ordeñar vacas, vender parches, cantar en las micros o por ser periodista, nadie estudiaría.
Si ese idílico lugar existiera, yo trabajaría vendiendo comida de perro a granel, o llenando sacos de azúcar en negocios pobres. Pero serían pobres bien remunerados, que comerían en saquitos sólo por el placer de endulzar su vida en pequeñas dosis.

1 comentario:

Carito Roco dijo...

yo vendería artesania en la playa