Tras meses de peregrinación, el general llegó a la cima del cerro. En el último tramo, el sediento caballo se tambaleó con cada paso. Lo habían logrado. El valle aparecía lentamente ante los ojos del general, pero nunca para los miles de hombres y animales que lo secundaban.
El general respiró hondo, se puso el gorro y dio media vuelta.
Hizo el gesto con el brazo. Siempre en silencio.
Retirar tropas.
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